Que las flores estén cerca de la entrada o que las latas se encuentren en los pasillos centrales del supermercado no es azaroso.

 

¿Sabías que dos tercios de lo que compramos en el supermercado son cosas que no teníamos intención de llevar? Esta es la teoría del experto en consumo, Paco Underhill, autor de Why We Buy: The Science of Shopping. Una de las “culpables” es la distribución de la mercadería en las góndolas. A continuación, 6 datos curiosos sobre cómo y por qué se despliegan de determinada manera los productos.

 

Las flores

 

Suelen encontrarse cerca de la entrada y es fácil imaginarse el motivo: transmiten la idea de un lugar bello y fresco, además de perfumar el aire.

 

Frutas y verduras

 

Si hay flores en el lugar, es probable que frutas y verduras estén a pocos metros. El objetivo es que el shopper perciba una sensación de frescura.

 

Latas e ingredientes para cocinar

 

Generalmente están en los pasillos centrales ¡y bastante escondidos! La intención es, justamente, que te “pierdas” buscándolos y te tientes con otros productos menos esenciales.

 

Lácteos, huevos y carnes

 

Tienes que atravesar todo el lugar para llegar a ellos. Lo más común es que se ubiquen a lo largo de una de las paredes del fondo, para exponer al shopper a la mayor cantidad posible de productos en el camino.

 

Dulces, chocolates y revistas

 

Estos sí que están al alcance de la mano y listos para que los tomes al pasar por la caja. Según Underhill, esta es el área más rentable de la tienda.

 

Farmacias

 

¿Por qué hay farmacias en los supermercados? Porque logran lo que a los retailers les interesa: mantenerte en el lugar por más tiempo. Está estudiado que cuantos más minutos pases en un supermercado, más cosas llevas.

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